Cuando eliges ropa para tu cama es evidente que buscas lo mejor. De media, nos pasamos una tercera parte de nuestra vida en la cama y solo con eso deberíamos de ser muy conscientes de que es un espacio que hay que cuidar y en el que debemos de estar especialmente cómodos.
Uno de los aspectos más importantes al elegir un hotel, es la calidad de sus acabados y sobre todo de la ropa de cama. Especialmente las sábanas, ya que están en contacto directo con el cuerpo y son las que más vamos a notar.
Sábanas de calidad, lo prioritario
Unas sábanas de calidad tienen que ser, ante todo, transpirables. Solo así el sudor se mantendrá fuera del espacio en el que dormimos, evitando que estemos en una cama húmeda y muy poco confortable. Además, deben de tener un tacto agradable, ya que las vamos a sentir contra la piel y no deben de dar sensación de que rascan ni mucho menos resultar agresivas con la piel.
En nuestro país contamos con excelentes fabricantes de sábanas ¿Quién no ha escuchado hablar de la marca Reig Marti? Es una de las que cuentan con más prestigio en España y es raro el hogar en el que no hay algo con su famoso logotipo. Y no solo en los hogares podemos encontrar colchas, edredones o sábanas Reig Martí, también será interesante encontrarlas en los principales hoteles, lo que nos ayuda a darnos cuenta de su gran calidad hotelera.
Las colchas frescas y los rellenos cálidos
Pero aunque las sábanas son importantes, tampoco podemos desdeñar el resto de la ropa de cama si queremos contar con un dormitorio perfecto en nuestro hotel y procurar el máximo disfrute de nuestro descanso.
Ropa de cama para verano:
Las colchas de verano deben de ser ligeras y muy frescas. El peso nos va a dar sensación de calor, así que debe de ser como no tener nada encima. Solo ese ligero abrigo extra para cuando refresca de noche, pero que en caso de no ser necesaria se retira fácilmente a un lado para dormir solo con la sábana.
Ropa de cama para invierno:
Los rellenos nórdicos también deben de ser ligeros para facilitar que durante la noche podamos movernos con comodidad. Pero con un gramaje y una composición adecuados a las temperaturas de la zona en la que se vive, a fin de garantizar que en la cama no se tendrá nunca frío, pero tampoco un exceso innecesario de calor que también puede resultar molesto a la hora de conciliar el sueño.
Deja una respuesta